miércoles, 10 de febrero de 2016

La EPA admite finalmente que uno de los pesticidas más populares mata a las abejas

Cada vez mueren más abejas, hasta el punto de que la situación empieza a ser preocupante en todo el mundo. Ahora, finalmente, la Agencia de Protección del Medioambiente de los EE.UU. (EPA, por sus siglas en inglés) ha reconocido que uno de los pesticidas más utilizados en todo el mundo es responsable de parte de esas muertes.






Las abejas son fundamentales para la agricultura y, en general, para nuestra superviviencia, dado que gracias a ellas se produce gran parte de la polinización del mundo vegetal. Los ecologistas y defensores de las abejas llevan años avisando del riesgo de su desaparición. Y es que en los últimos años su número ha disminuido considerablemente.

Sin embargo, a pesar de la existencia de numerosos estudios que indicaban que un tipo de insecticidas, denominados neocotinoides, podían dañar a las abejas y a otros polinizadores, aún en pequeñas dosis, la EPA se resistía a tomar medidas.

Comercializados por los gigantes europeos Syngenta y Bayer, este tipo de insecticidas son los más utilizados en todo el mundo. En total son cinco productos diferentes. En 2009, la EPA anunció que volvería a evaluarlos, en esta ocasión, de forma individual, en lugar de como una clase de productos. El proceso ha sido lento y arduo. Mientras tanto, las tierras de cultivo se han estado tratando con estos insecticidas cada año en todo el mundo y la salud de las colmenas de abejas ha ido decayendo cada vez más.


Finalmente, en enero de este año, la agencia ha reconocido que el imidacloprid, uno de los neocotinoides más destacados, desarrollado por Bayer, y que se ha estado utilizando con la aprobación de la EPA desde la década de los 90, SÍ afecta a las abejas. Según el comunicado de la agencia, los resultados del informe son tan graves que la Agencia podría "restringir o limitar el uso" del producto antes de finales de este año.

Para llegar a esta conclusión, el equipo de evaluación de riesgos de la EPA analizó diversos estudios de investigadores independientes y financiados por el sector. Los resultados indican que las abejas sufren daños cuando se encuentran en los campos con niveles de imidacloprid por encima de 25 partes por mil millones (algo habitual en los campos tratados con este tipo de productos), y que esos daños tienen como consecuencia, tanto una reducción en el número de polinizadores, como en la antidad de miel que producen.

Todavía no se conocen los resultados de la evaluación de otros neocotinoides y falta completar el estudio sobre los efectos del imidacloprid en otros animales. Estudios recientes sugieren que, además de su impacto en las abejas, estos pesticidas podrían dañar también a las aves, mariposas e invertebrados acuáticos.


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