miércoles, 24 de febrero de 2016

Prohiben las cápsulas de café de usar y tirar en los edificios de la administración local de una ciudad alemana

Vivimos en un modelo de consumo en el que cada vez se fabrican más cosas de usar y tirar. Un claro ejemplo de algo que millones de personas utilizan y desechan a diario son las cápsulas de café de un solo uso que se han puesto tan de moda en los últimos años. Actualmente, las hay de cafés, infusiones, chocolate... en múltiples marcas y sabores. Sin embargo, aunque nos las venden como un modo genial de preparar fácilmente y rápido distintos tipos de bebidas calientes en casa, en realidad estas cápsulas empiezan a plantear un serio reto de gestión de residuos en todo el mundo.

Ahora, una ciudad alemana ha prohibido su uso en los edificios públicos propiedad de la administración para tratar de atajar el problema. Una medida ínfima, dada la magnitud del problema a nivel mundial, pero muy significativa.



Prohiben las cápsulas de café de usar y tirar en los edificios administrativos de una ciudad alemana
Fuente: nespresso.com



Las capsulas de café, un serio problema para el medioambiente


El uso diario de estas cápsulas está generando una cantidad de residuos abismal en todo el mundo y, lamentablemente, en la mayoría de los casos no es posible reciclarlas.

El motivo es que en su mayoría están hechas de una mezcla de plástico y aluminio, y la inmensa mayoría de las plantas de reciclaje carecen de los medios necesarios para reciclarlas adecuadamente. Por otra parte, el aluminio es un material bastante contaminante y que incluso puede llegar a ser tóxico.

Pero lo más lamentable de todo es que, aunque prácticamente todos somos conscientes de esto, el uso de este tipo de cápsulas no para de crecer.

Según Digital Journal, sólo Keurig, uno de los principales fabricantes, vendió 9.800 millones de cápsulas en 2014, de las cuales solo un 5% eran reciclables.

Según The Atlantic, casi uno de cada tres estadounidenses tiene en su hogar una máquina de café que utiliza estas cápsulas y solo entre 2014 y 2015 el porcentaje de hogares con una máquina como estas ha aumentado 10%.

En el caso del Reino Unido, según una encuesta reciente, 1 de cada 10 británicos afirma ser consciente de que "las cápsulas de café son muy perjudiciales para el medioambiente" pero, al mismo tiempo, el 22% afirmó tener una máquina de estas en casa.

Y en Alemania, alrededor de un 13% de la población toma a diario café envasado en este tipo de cápsulas y, según BBC News, 1 de cada 8 cafeteras vendidas en el país es de este tipo.


La solución del ayuntamiento de Hamburgo

Ante esta situación, el ayuntamiento de la ciudad alemana de Hamburgo ha decidido tomar medidas. El gobierno local publicó en enero una nueva normativa de compras respetuosa con el medioambiente. El documento, de 150 páginas, detalla los estándares ecológicos que todos los servicios públicos de la ciudad deberán adoptar en sus compras.

Entre las medidas se prohibe específicamente el uso de estas máquinas de café de cápsulas en todos los edificios de la administración local, así como de agua embotellada en envases de plástico desechables.

"Son 6 gramos de café en 3 gramos de envase", señala, Jan Dube, portavoz de la Concejalía de medioambiente y energía de la ciudad. "En Hamburgo creemos que no se deberían comprar con el dinero de los impuestos de los ciudadanos".

Hamburgo se convierte así en la primera ciudad del mundo con una normativa de este tipo. Obviamente, no es una gran medida, dado que su radio de acción se limita a los edicifios de la administración local, pero sin duda podría llegar a tener un impacto importante si otras ciudades de todo el mundo decidieran imitarla.

Según Jens Kerstan, senador de medioambiente de Hamburgo, la medida forma parte de un plan medioambiental mucho más amplio y ambicioso, pero uno de sus principales objetivos es el de enviar un mensaje a la población y al mundo, en general:

"Con un poder adquisitivo de varios cientos de millones de euros al año, la ciudad puede ayudar a garantizar que los productos nocivos para el medio ambiente se compran con menos frecuencia", señala.

Esta no es la primera iniciativa en favor del medioambiente que pone en marcha la ciudad de Hamburgo. También ha aprobado un plan para combatir el cambio climático que pretende eliminar los coches contaminantes de las calles de la ciudad en los próximos 20 años. La ciudad, segunda en número de población de Alemania, cuenta ya con numerosos espacios verdes, jardines, parques y plazas, creados con el fin de que los residentes puedan disfrutar de un entorno lo más sostenible y natural posible.


La campaña "Kill the K-cup"  

Desde que Nespresso inventó sus sistema hace 40 años y las primeras máquinas llegaron al mercado hace 30, se han inscrito hasta 254 patentes de máquinas similares. El enorme aumento en el número de este tipo de máquinas y en las ventas, tanto de estas máquinas como de las cápsulas que utilizan, han generado una gran preocupación en todo el mundo, hasta el punto de que, recientemente, John Sylvan, el creador de las famosas K-cup, las cápsulas más vendidas en los EE.UU., lamentó haberlas creado.

"A veces me arrepiento de haberlas creado", comentó Sylvan en una entrevista para The Atlantic.

En vista de las cifras que hay hasta la fecha y las previsiones para los próximos años, la preocupación es tal que se ha llegado a crear una campaña bajo el lema "Kill the K-cup", cuyo objetivo es el de concienciar a la gente para que no las utilice. Para ello, elaboraron un vídeo que parodiaba las películas de monstruos, en el que un gigante hecho de estas cápsulas de café y varias naves las lanzaban por toda la ciudad.

Este es el vídeo de la campaña:





Doug Leblanc, propietario de una tienda de café en Nueva Escocia, Canadá, es uno de los impulsores de esta campaña. Leblanc defiende que hay otras formas de vender café que son mejores y menos perjudiciales para el medioambiente.

Leblanc cree que solo en Halifax, donde vive, se han dejado de vender unas 200.000 cápsulas a base de convencer de un modo u otro a los consumidores para que no las compren.


El reciclado de las cápsulas

Algunas compañías afirman estar trabajando en el desarrollo de cápsulas reciclables. Keurig, el fabricante de las k-cups, ha anunciado que podrían tener un diseño reciclable listo para 2020. ¿Pero cuántas cásulas se venderán y se tirarán al basura en todo el mundo hasta esa fecha?

Por su parte, otro de los principales fabricantes, Nespresso, cuenta con su propio sistema de reciclaje con 14.000 puntos de recogida de cápsulas en 31 países. La compañía afirma reciclar actualmente alrededor del 80% de las cápsulas que vende y espera alcanzar el 100% en 2020.

Obviamente es un punto a su favor, pero según todos los expertos, el reciclaje no es la solución. El reciclaje debe ser una medida de poder reutilizar residuos que no podemos evitar porque se generan a partir de algo necesario y este no es el caso. Hay otras formas de tomar café muchísimo más respetuosas con el medioambiente. La solución tiene que estar en evitar el problema, no en tratar de arreglarlo una vez generado.

¡Debemos reducir drásticamente el número de cosas desechables que fabricamos!


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